noviembre 06, 2011

Los ojos de la calavera.



¿El psiquiatra? al diablo, no quiero que nada me controle, quiero disfrutar de la pureza de mis pensamientos, la pureza de lo toxico o del veneno que yo mismo provoco, no quiero ningún tipo de control, de una fuerza ajena que me haga querer ser alguien del montón, aún así, sigo siendo del montón, pero seré alguien del montón que tarde o temprano explote en una mancha roja, por tanto amor o quizá, por tanto odio. A quién le importa. Solo tuve dos citas, me quedo con el medicamento, parece estar funcionando... a quién le importa.

Por otro lado, en sus ojos me pierdo. Hace mucho que no escribo aquí, y han pasado tantas cosas buenas, tantas cosas que he disfrutado, pero todas manchadas por los fantasmas de un futuro que quizá nunca vendrá, o bien, de un futuro real que atormenta el presente. ¿El pasado? el pasado lo tengo bien aferrado, me encanta todo lo que he hecho, me arrepiento de muchas cosas, pero a quién le importa, no soy perfecto, ni tan orgulloso como para decir que no me arrepiento de nada, no me causan conflicto los arrepentimientos, están ahí, conviven conmigo de buena manera, no me latiguean, no me torturan, solo están en una especie de sala, tomando el té, y me saludan cada vez que paso por ese cuarto, me saludan, no me reclaman, solo un "hey, cómo has estado?" y nada más. Uno de ellos, no haber ido al concierto de Daft Punk, por ejemplo.

Por otro lado, me pierdo en sus ojos, en su mirada y no me cree que tiene los ojos diferentes a todos los demás, no nada más a todas las demás chicas, sino al resto del mundo, al resto de la gente en el mundo y al resto de los animales. Y no sé qué más hacer cuando la abrazo, ¿qué hay más allá, qué más hacer?, ¿sacarme todas las viseras y ofrecérselas? ¿hacer un ritual oscuro para ofrecerle mi alma? esto es serio, muy serio, un millón de idiotas escriben al respecto... yo no me considero un idiota.

Cuando me duermo, me duermo con una sonrisa y dándole besos a la nada; pero en la media noche me despierta el Demonio, susurrándome sobre todos los posibles finales que tendrá nuestro mundo, muchas veces logra asfixiarme, muchas veces logro tomar la almohada y lo asfixio yo a él, lo mato solo por una noche...

- oye amigo, no te atormentes cuando estás viviendo momentos tan maravillosos.

Entiendan, arrancaría cada uno de mis dientes, arrancaría mis uñas de chocolate, haría una sopa con mi cabello, un guisado con mi carne, licuaría mis huesos, rellenaría cada uno de mis dedos con queso, haría una bebida con mis ojos y de postre serviría mi lengua con mermelada de fresa. Y yo, en modo fantasma, muy bien vestido, con una camisa floreada, claro, le prepararía la cena, soy todo tuyo chica, disfruta de mi banquete, de mi como banquete, soy todo tuyo chica y regresaré, todas las noches para ofrecerte lo mismo. Y como fantasma, te protegería de los malos espíritus, te susurraría consejos del futuro, del presente, del pasado, te estaría abrazando todo el tiempo y le haría cosquillas a tu alma. Aun vivo y como fantasma, porque pediría mil oportunidades más, para estar mil veces vivo y mil veces como fantasma, que cada unidad mía, te cuide, te protega, haga todo lo que esté al alcance para seas feliz.

... pero ahí sigue el Diablo, cada noche o cuando logra escaparse del infierno, susurrándome y picándome las costillas, burlándose, mostrándome fotos del futuro, que creo que son mentira, espero que sean mentira.

1 comentario:

Alejandra Arévalo dijo...

Se nos escurre el diablo..

al diablo con el psiquiatra!!!!