octubre 22, 2009

From dusk till dawn... (Día 2)



Sabes qué extraño tanto? Nuestras noches de Kokoloko, quizá suene tonto, pero fue algo que me dio tanta vida por algún tiempo, fue una temporada de despertar sin lengua los sábados, sediento por otro tiro de tragos para el próximo viernes. No viví tanto ese lugar como otras personas lo hicieron, Chava por ejemplo, iba desde que estaba ahí por el Mc Donald’s de Cuauhtemoc, por que cumplió los 18 primero.

- gueyes, ese será nuestro lugar, ahí iremos cada pinche fin de semana!!! Tocan buena música, muchas chicas lindas, el ambiente está genial, todos bailan, todos cantan, muchas chicas lindas, muchas chicas lindas, muchas chicas lindas… ya cumplan 18 putos.

Cada sábado nos sentaba a su alrededor para contarnos detalles de su noche anterior en el antiguo Kokoloko, lo que bebía, las canciones que bailaba, los ojos que atraía y las faldas que miraba y quería desgarrar.

No recuerdo bien la primera vez que fui, pero tengo servido en mi cabeza un coctel delicioso de momentos. Como la vez en la que tuvieron que regresar a Jorge al inicio de la noche por que se le salía el cerebro por los ojos por tanto trago, o aquellos círculos de baile en donde recibí muchos pellizcos en el trasero del par de diablillas con las que algunas veces asistí, la brunette y la redhead, los primeros tratos intensivos con Diana, el dejarse arrastrar entre tanta gente, abrazar a mis compadres y a las nenas que se dejaran. En fin, tantos momentos que cuando regreso al pasado, sonrío y los extraño tanto que no puedo evitar ponerme algo triste.

En ese lugar bailé mucho Disco 2000 y me ponía algo melancólico entre pasos de baile por aquel año que se nos fue tan rápido. Se me quitó esa melancolía, ahora solo la bailo.

Nunca pensé que bailaría esa canción en un lugar de Tijuana, fue el sábado, el mismo día que Chiquita Violenta cumplió sus 21 años. A ella?, a ella la conocí aquella vez en el Garage cuando Fernanda regresó a Monterrey por unos días, salimos y Alejandra Chiquita era una de sus acompañantes, hablé poco con ella esa vez, me pareció buena onda, por algo es amiga de Fernanda; luego en el Escocés nos la llevaron a la mesa, fue algo agradable, por que fue algo que no pedimos, fue sorpresa y nos salio gratis.

Bailé toda la canción, luego salí a respirar un poco por que ya habían cerrado la puerta y las ventanas del lugar, por eso de estar despiertos tan tarde.

- ya viste toda esa neblina?
- No es neblina güey!
- Qué es?
- Aquí en Tijuana hay tantos fantasmas, que hasta se pueden ver y están todos amontonados.

Creepy dude, terminé el Lucky Strike y me metí de nuevo al lugar, para reírme por siempre de las gracias de Julz, que andaba vuelto un comediante por tantos motherfuckers y nosécomosellamabalaotrabebidaquetantoleservianalMemins.

Salimos de ahí casi al amanecer, después de tantos humos y jugos dulces, después de tantos abrazos y felicitaciones. Íbamos para la Revolución, una de las venas del corazón de Tijuana, pero antes nos detuvimos en unos tacos donde la mesera estaba divina, pedí dos mulitas de carne adobada, que son como sincronizadas, luego dos tacos de asada, solo para que la chica se diera otra vuelta a la mesa; mientras cenábamos nos dimos cuenta que nos estábamos cayendo a pedazos por lo que mejor regresamos al Motel. Caminanos un largo recorrido como muertos vivientes.

- que si regresaría a Tijuana? Cabrón, ya tengo un pie allá…

octubre 19, 2009

Le Petites de La Tetilla del Diablo (Día 1)



La última vez que los vi, Jay Jay estaba exhausta en el respaldo de la cama, todavía con el radio puesto y pidiendo que trajeran al Virus al cuarto, que gran trabajo tienen, les decía yo con el cerebro apagado, que gran trabajo tienen, viendo por la ventanota de la recamara a la Tijuana que también al día siguiente sería nuestra. Jay Jay, se reía cuando Isma y yo cantábamos: uno, dos, tres, rumba, ella quiere su rumba. Salí de ahí, por que sabía que otras cosas sucedían en otros cuartos. Reno se quedó con ellos.

Fuera del elevador, ya en mi piso, me encontré con el Vaquero Espacial, aquel personaje perfecto de historias pasadas, llevaba una Tecate Roja envuelta en esos “condones” de espuma que mantienen fría la cerveza:

- Tenemos fiesta en nuestro cuarto, te nos unes?
- uy compadre, me gustaría mucho, pero tengo a dos conejitas esperando en mi habitación, sabes?
- Ah, entonces a lo tuyo hermano.
- A lo mío entonces, nos vemos compadre – con su acento sacado de una western, nos despedimos con un apretón de manos firme y polvoriento. Fue la última vez que lo vi.

Llegué al cuarto, aun estaba aquel joven de San Diego, que decía ser cineasta y que me agradó tanto, lo conocí en el backstage, según él era amigazo de los Kinky, pero por alguna razón decidió seguir la fiesta con nosotros. En el cuarto, seguí platicando con él y una de sus amigas se unió, la rubia, la que nunca dejó de tomar fotografías. – voy por la cámara al auto? – me preguntó el vatito, ve por ella man, no hay problema, y fue por ella, mientras yo me apasioné con la rubia, hablando de los Distillers, los puentes de Los Angeles y la mezcla de culturas en ese lugar, algo de lo que no sé nada, pero me encantaba pretender saberlo, solo por que en varios lugares me regresaron el cambio en dólares. No recuerdo en que momento dejé de hablar con ella, pero me advirtió no creerle mucho a su amigo, tenía una bonita sonrisa. El chico decía que estaba haciendo un documental sobre su otra amiga, la que enseñaba mucho busto y me vio varias veces con desagrado, ni sé por qué, la recuerdo hojeando mi revista H, rodeada de muchos de los chicos del cuarto, sonriendo y siendo juguetona, empapada de la atención de los dudes, al diablo con ella.

- sobre qué es el documental bro?
- Sobre ella, una groupie o roadie o junkie o yuppie o ya ni me acuerdo.

Varias cosas de lo que sucedió en ese cuarto están grabadas, quién sabe a dónde vaya a parar esa cinta. Tampoco recuerdo cuando ellos se fueron del cuarto, ni me aprendí sus nombres, no sé si me los dieron.

M&M, fue tan gracioso como siempre, cada una de las palabras aguardientes y españolas que salían de su boca eran un acontecimiento, un parque de diversiones en nuestros estomagos. Esa noche fue la última vez que lo vi, lo recuerdo tambaleándose, viendo la alfombra, gritando “a huevo!!!” cada vez que me lo topaba entre la tanta gente dentro del cuarto, andaba en shorts y usaba un sombrerito de pescador con todo y anzuelos. No me di cuenta cuando dejó la habitación. Pero el Pájaro Loco se despegó de su hombro y estuvo volando alrededor mi cráneo toda la noche.

De alguna u otra forma terminé recargado en la pared, junto a la cama, acariciando la cabellera de una de las chicas que acompañaron a los Teletransportador, a la vez, ella le acariciaba la cabeza a Julz y a Memin. Decían muchos que eran lolitas, de todas formas no pretendía nada, me mantuve al borde de una pesadilla moral, por muchas muchas razones. Una de ellas, por que prefiero el olor a shampoo de florecitas y nada más, a la desgarradora y eterna condena de tener la mano envuelta en llamas por agarrar tierra de Venus o de cualquier otro planeta desconocido. Y sí, les olía a florecitas. Me encanta olerles las cabelleras a las chicas.

- aquí es la fila para el piojito? – era el arquitecto que minutos antes me había enseñado fotografías pornográficas amateur que tomaba con su celular, se le veía ansioso por simular liberarlas de la vida de una forma amable. Él solo se acostó a lado de Julz sin decir nada. No supe si a él también le tocó piojito.

No sé como fue que ya estaba en mi habitación, en mi cama, Julz en la suya y las cortinas abiertas, dejando entrar el jugo de naranja del que todos toman en el mundo cuando se termina la noche, el jugo de naranja que acabó con todos los vampiros de la Tetilla del Diablo. Claro en Tijuana, ese jugo es sabroso.

octubre 15, 2009

Ricardo



tengo que admitir que estoy algo tomado, pero Ricky, por favor, librate de ese mal de moda...

me encantó nuestra noche en aquel lugar aburrido, hablando del trasero de las Pussy Cat Dolls y los frentes de todas las nenas de los videos basura, sobre Hanz Landa, sobre Lady Gaga, sobre si Il Papi podra volar mañana a Tijuana con nosotros.

mejorate pinche Ricky, no tendría las ganas para escribir cosas tan tristes.

octubre 11, 2009

Sandra Victoria




Esa chica no deja de mirarme, la que está en la otra mesa, el del novio que usa la gorra llena de lentejuelas, esas gorras del nuevo mileno, la del vestido bonito, ¿no deja de mirarme? o la cerveza se me ha subido directo a la cabeza… dejare de verla, no quiero morir por miradas que nunca existieron, menos en un Denny’s.

Mbemin ya perdió los dos ojos, está tan borracho que los encajó en el popote de su Coca-Cola y por eso usa esos lentes oscuros a estas horas; Diana espera su pedido: pollo empanizado, con puré de papá y aros de cebolla, fueron aros de cebolla no?... creo que me sigue viendo, pero evitare voltear a verla. (en verdad nunca voltio a verme).

- nada más terminamos nuestros platillos, te regresamos al hotel y nos vamos a dormir, estamos muriendo.

La noche había sido larga, hicimos muy bien nuestro trabajo, lo dijeron nuestros jefes y las personas reaccionaron de manera distinta a otras noches. Les gustamos, les gustamos más que en otros lados, tanto que nos congelaron en mil fotografías, querían regalarse nuestros accesorios y provoqué, sin querer, la erupción de un volcán.

- no lo puedo soportar! Te amo, te amo, no puedo vivir sin ti! Vuelve, por favor di que vas a volver, di que volverás!

No sé si voy a volver, pero le dije que lo haría. Me gustó su reacción, me hizo sentir bien, me dijo que me amaba, me sorprendió con un abrazo y un beso en la mejilla, era la primera vez que la veía, ni siquiera me sabía su nombre.

Jesús y yo, hicimos de nuevo nuestro papel en el sonido de mi primer amor, después me encargué de hacerme un poco más idiota con todo lo que nos habían puesto en las hieleras. Hablé un poco con el Pliego, su acento es de película y me di cuenta de que estuvo en mi misma preparatoria, de esa escuela salen los personajes perfectos, hu?

Me la pasé de maravilla con mis chicos y chicas, escuchando los cuentos que traía cada uno de los Corazón Attack, en cubetitas de colores, con las que empapaban y embriagaban a todos los presentes.

Terminamos en el Denny’s que estaba a unos cuantos pasos de nuestro hotel, Jorge animal, Diana la sobria y yo, con la paranoia de que la chica de enfrente me estaba tratando de hipnotizar con las miradas que nunca hizo. ¿Qué le habrán puesto a esa Coca-cola?

Después de Denisse, las chicas se habían quedado en su propio hotel, pero a la mañana siguiente, cuando entre al cuarto del Boys, ahí estaba Marcela tranquila, con una plenitud aterciopelada, al lado de su amante. Quizá, lo soñó tanto con la fiebre en aquel su cuarto, que se teletransportó en la madrugada, directo a la enfermedad de la que nadie se cura.



Diana documentó muchas de las cosas con su cámara, pienso en el futuro, comer galletas de animalitos para echarles un vistazo.

octubre 05, 2009

Johnny Rockets!!!



- Ya viste? Tiene un pájaro loco tatuado en el hombro izquierdo…

como mi idea aquella de tatuarme a la hermosura de Skadi y a su mascotita/esclavo en alguna parte que se pueda ver para que haga reír a todo mundo y todo el mundo sepa que me encantan las caricaturas, las chicas caricatura. (y todo lo absurdo y todo lo lindo)

Ni siquiera nuestra noche ha empezado y él salio de su habitación, sin playera, descalzo y con el short empapado, aventándole a uno de los chicos de la otra banda un boleto de ida y vuelta al jardín en donde el tiempo se congela. – tienen cerveza? – y repartimos tecates Light a los nuevos y (quizá) momentáneos amigos. – ya viste? Tiene un pájaro loco tatuado en el hombro…

Tal vez por eso, a su edad, sigue siendo como aquel cabroncito de 17 años al que le encantaba despertar risas escandalosas a sus amigos, dibujando cosas justo después de la raya del límite, sin importar si se insultaba a otros. Sé que te dejas llevar por tu propia naturaleza, el deseo de estar en todos lados destruyendo o manchando, sin pizca de maldad, lo que los otros hacen, solo por diversión, como cuando le metí el pie a Jonathan M. solo para divertirme y divertir a los demás, casi le rompo el brazo por otros dos años. Por algo parecido, él dijo – que chingue su madre el malo!!! – en medio de un discurso de pecho abierto, para todos aquellos fantasmitas bebés de nuestro gran desierto y que exigía esa justicia que difícilmente existe cuando se tratan de cosas del gobierno. – yo debo de estar allá arriba verdad? – y segundos después lo vimos en el escenario endulzando aquella pesada seriedad, pidiendo justicia también con su acento español y llamando nuestra atención para verificar nuestra asfixia por tanta carcajada. – ya viste? Tiene un pájaro loco tatuado…

A nadie se le hubiera ocurrido un plan tan inocente y tan gracioso para evadir a los guardias del hotel… - somos 28 personas en el cuarto, yo digo que a las de tres abro la puerta y todos salimos corriendo y los guardias se van a quedar con cara de: no mames!!! cuanta gente!!! y así nos les pelamos – todos reímos, inundados por el licor y envueltos por aquella neblina problemática, para después pensar en otro plan más realista. Como no hubo otro plan, aparte del de moler todos a golpes a los guardias, nos incitó a llevar a cabo el suyo, nos formó en la puerta, contó hasta tres, abrió la puerta y todos salimos; en efecto los dos guardias se quedaron con cara de: no mames!!! cuanta gente!!! y nos les pelamos. Las veintitantas personas cruzamos todo el patio del hotel, pasamos por el lobby, salimos al estacionamiento, vomité dos criaturas y subimos al cuarto donde se hospedaba Don Palabras.

Los guardias nos siguieron lentos todo ese recorrido y al final no nos hicieron nada, y él desapareció en esos momentos, junto con su esposa y el chico de las rastas… no lo volvimos a ver en toda la noche, ni siquiera en la mañana cuando esperábamos la van que nos llevaría al aeropuerto; supimos luego que se fue unos días a la playa.