febrero 02, 2012

Amor en polvo.



Ayer, mientras esperaba a Omar, mi buen amigo; no podía estar tranquilo, no podía dejar de moverme, ni dejar de pensar, pude haber hecho un par de huevos fritos en el interior de mi cabeza. Y es que, es que, alguna vez leí, en twitter, no sé si sea cierto o qué, pero leí, a través de un link, que el amor tiene el mismo efecto que la cocaína. Nunca he probado esa mierda, y la única referencia de los efectos que tengo son todos aquellos personajes adictos que veo en las películas…

Ayer decidí comprarme un par de cigarros, porque la ansiedad, el ausentismo, la ansiedad por no estar siempre presente, se sentía como un millón de hormigas, un millón de hormigas con las peores intenciones, hormigas capaces de morder y fragmentar mi alma para llevarse cada pedazo al rincón más solitario del planeta, rincón donde cada yo, cada parte de mi, va a poder apreciar como todo lo demás continúa, como todo lo demás disfruta… necesito aspirar, necesito tener en mi cuerpo aquello que me tranquiliza, tenerlo siempre en mi sangre, en mis venas, necesito matar a todas esas hormigas que ponen al rojo vivo mi cerebro.

A lonely Wolf? Mikey Rourke, en su personaje bukowskiano lo explicó, me lo explicó. “hay tantas cosas que no quiero hacer, tantos lugares a los que no quiero ir” pero no te dejan en paz o si amigo? o si?

Necesito aspirar, necesito respirar, tener en mi ser esa energía. El amor, su amor.

Sí te conté de todos aquellos demonios, no es así. Ahora, siempre estuvieron en forma de ansiedad y de cosas peores.

Creo que un disco viene en camino, nunca, por favor, nunca dejes de quererme, porque cuando pienso en el futuro, cercanoolejano, tu eres mi motivo principal.

Dicen que el amor es como la cocaína.

No hay comentarios: