septiembre 06, 2010

Home Run!!!



Ya es muy tarde para esto, pero ya estoy aquí y de ninguna manera me voy a regresar. Ese día comencé y terminé temprano. Comencé con un control de Playstation 3 en mis manos, cuando lo soltaba para cederle el turno a alguien más, tomaba mi 40 Miller Light y daba grandes tragos para adorar el calor de ese sábado recién nacido. Mis amigos dicen que no sé nada sobre el soccer, tienen razón, lo curioso es que lo juego como los grandes, bueno... puedo meter goles en el videojuego y también en la vida real, no soy un caso perdido pues. Eso hizo que adorará más ese día y aquel domingo que nadie quiere recordar por la goliza que metí.

Ya estoy aquí, reciban a los míos con sus bonitas caras y esa manera de vestir que solo utilizan en esta clase de festivales. Te lo juro, hace tiempo que no me había sentido tan libre, correr, o pensar correr y caer duro abrazado de cada uno de mis amigos. Caer duro en el pasto, riendo y sucio, revolcado y envidiable o grotesco y repudiado, todo eso para recordar toda la semana que aún me queda muchamucha vida, dolor y tristeza.

Llovió mucha cerveza esa tarde y sentí que estuve en todos lados, como si provocara una tormenta embriagante en cada uno de los espacios de ese campo de baseball al que solía ir de niño con mi papá y hermanos a ver a los Sultanes. Me fascinaba ver a los jugadores entrenar en un trampolín, llegaban alto, casi hasta las lamparas que hacen que parezca que siempre es de día. Quisimos imitarlos Chava, Papi y yo, cuando entre los tres juntamos feriesita para ir por la última cerveza de $80 pesos; fuimos por la cerveza y nos regresamos corriendo con los brazos extendidos y dando torpes maromas, simulando ser aviones de guerra primero y monos de circo después, así hasta llegar a nuestro lugar y dejar una estela de sonrisas en nuestro camino. Ningún problema.

Recuerdo que estuve en todos lados, viendo el verano, el invierno, el otoño y la primavera, en ojos, peinados, vestidos y el contraste del color de algunas uñas con el pasto. Pero el tiempo se congeló cuando empezaron los Sounds...

- hey Pops! pasame una cuchara! - Nieve de muslos de vainilla.

Toda esa gente me bañó en sudor, lo comprendo, esas piernas que ya reflejan cierta edad siguen provocando incendios. Salí de esa gran masa y me preparé para retirarme del lugar, no sin antes tumbar a Memin al pasto para arrebatar le una cerveza que le había comprado a Isabela.

A veces pienso que un día de estos mis amigos me terminarán odiando, pero espero terminar de otra forma antes de que ese día llegué.

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