abril 26, 2009

Eight Legged Freaks!!!




Mientras se preparaba la cena para el festejo de Marco, una criatura apareció junto con el silencio y el asombro/horror.

- hace tiempo que no veía una de esas…
- la haremos pedazos!!!

Al diablo dude, solo te muerden, como si se tratara de tu mascota chihuahua, un poco de sangre tal vez, pero nada de veneno, así que suelta ese tronco y déjame solucionarlo invitándole un trago a la visitante.

- No la toques!!! No la toques!!!

Pero si la toque, le di un par de palmadas en el lomo, la mire a cada uno de sus ocho ojos y dije en voz baja: eres hermosa, pero no eres bienvenida. La lance al bosque.

Pero antes de eso, fuimos iluminados por lo que alguien de nosotros cree son pequeñas haditas fluorescentes. No le dijimos la verdad para no empezar a desaparecerle el encanto con el que ve el mundo. No pude salvar a la dama intermitente, Meme la asesinó para recrear lo que hacia de niño cruel, hacer dibujos en su playera con la magia de la señorita muerta, para presumir a sus amigos el color de la sangre de Depredador.

También murió la criatura de madera, bajo el tenis del Salvador.

- Esos si son peligrosos!!!

Trate de explicarles que son peligrosas solo para las vacas, explotan cuando las mastican. Aun así, desapareció de este mundo con solo un pisotón y para colmo nos empezamos a burlar de su nombre.

Más tarde llegó un par de señoritas de ocho patas, una se escondió en la música de nuestro equipo de sonido, decidió marcharse después de que la convencí de que no era nada personal y la otra se encerró en el baño sin dejar que Liliatomo lo utilizara, ni si quiera en la mañana cuando ya se había marchado a la casa abandonada de al lado, donde vive la bruja que sabemos que siempre nos ve pero nunca hemos conocido.

Después de nuestro concierto de Queen, fuimos a cazar tiburones, Marcela los distraía con su coreografía acuática, nosotros aprovechábamos y disparábamos nuestras mejores armas para hacerlos mostrar sus infinitas hileras de colmillos ensangrentados en las sonrisas más envidiadas del mundo de Neptuno.

La fiesta terminó con las pláticas sobre nuestra escalofriante vecina, la bruja de los ojos grises, la que huele a ceniza de iglesia, la que siempre nos ve desde su abandono, desde la primera vez que fuimos a ese lugar cuando teníamos unos 13 años, la que creemos se muere por conocernos, cocinarnos a fuego lento y después devorarnos, como lo ha hecho con todos esos niños que se han perdido en el bosque y que ahora descansan para siempre en la alberca que hace más de 50 años no se llena.

Al final, cada uno en su tienda de campaña, solo o acompañado, durmió con el feliz hechizo del fantasma de las navidades pasadas y los recuerdos inmediatos de la fiesta que se acababa de vivir.

Como siempre que dormimos en ese lugar, a la mañana siguiente fuimos despertados por los gallinazos que se ponen furiosos con el nacimiento del nuevo día y el final de la fiesta, nunca los podemos ignorar, así como no podemos disimular las sonrisas que nos forman y siempre nos formarán las celebraciones como esas.

3 comentarios:

Jorge G dijo...

di que te caiste!!!

Marce dijo...

yo siempre he visto al mundo con encanto, siempre seran hadas fluorescentes para mi, querido fantasma de la navidad !!

Anónimo dijo...

Tu cámara es la mamada!!!!!!!!!!!!!!



Saludos