mayo 03, 2009

Malteada Stereo para el amante bandido...



No puedo pensar en una descripción satisfactoria para el gigante de hierro, el siempre fotogénico hombre de la barba joven, los millones de gestos y la locura aterrizada.

… es extraño que no pueda describir lo grandioso que es este tipo, cuando es uno de los más nutridos entre nosotros y es parte del orgullo de la historia de mi vida. El Salvador, quien se niega a dejar la infancia aun y cuando piensa como un viejo que sabe como entenderlo todo, por que a pesar de tener un humor viscoso y lunático, la maquinaria que lo mueve es ágil, minuciosa, creadora tanto de formulas para hacerlo inolvidable como de formulas que miden líneas en perspectiva. El genio que se enamoró por primera vez de una guitarra pelirroja, con la que se pasó todas sus tardes de secundaria encerrado en su cuarto, contándole de las historias musicales de los hombres, acariciándola, besándola, haciéndole el amor una y otra vez, sin pensar en la dureza que iban tomando sus dedos ni la deformación de sus manos, hasta convertirla a ella en una esclava sonora y hasta que él conoció cada rincón, movimiento y gemido del primer amor y encontró la manera de nunca dejar de sorprenderla. La guitarra le dejó esa costumbre, de encerrarse durante siglos cuando ama, de abandonar el universo cuando aparece alguien a quien entregarle tanto talento y cariño, de hacer que los amigos lo extrañen durante tanto que hasta empiezan a hacer leyendas de la vieja amistad piensan nunca volverán a ver.

Pero siempre reaparece, con sus maneras exactas de representar los tiempos contemporáneos, los recuerdos de la creación del mundo y la firmeza de un adolescente ingenuo que asistirá a su primer borrachera para redescubrir los diferentes estados que se producen en una noche en la que no se piensa en el mañana.

El orate honesto, que despega de este mundo con su música ligera para verlos a todos como hormiguitas, no para reducirlos, si no para desarmar el mundo y tratar de entender de qué estamos hechos y para qué estamos hechos, justo como lo hizo con la pelirroja de las cuerdas por quererla tanto.

Así es como funciona mi amigo, el Salvador, el monumento que se construyó en nuestras vidas para ser testigos directos de las grandes cosas que surgen de la locura, la genialidad y el deseo de siempre pasarla de maravilla.

Felicidades Salvador G. Flores V. nos estaremos viendo en el futuro...

3 comentarios:

unasimplegalleta dijo...

el chavo
:P

lariina. dijo...

en silencio, ausente
escucha desde lejos
se pierde en su ventana
buscando aun no se que

es mi amor...


holabrocoli =)

Anónimo dijo...

Felicidades al Chava's Guitar Driller


Saludos